sábado, 3 de septiembre de 2011

TERCERA SINFONIA DE MAHLER


Rafael Ponce 3-09-2011

“Imagínate una gran obra en la que de hecho se refleja el mundo entero: uno no es, expresémoslo así, más que un instrumento en el que toca el universo ¡Mi sinfonía será algo que aún el mundo no ha oído! Toda la naturaleza recibe en ella una voz y cuenta cosa tan profundamente secretas como las que quizás se presagien en los sueños” así le explicaba Mahler a la soprano austriaca Anna von Mildenburg su tercera sinfonía.

Pues bien comenzamos esta temporada en Málaga con este peso pesado del mundo sinfónico mahleriano.
A mí personalmente me parece arriesgado comenzar la temporada con una obra tan colosal y complicada, pero como soy un incondicional de Edmon Colomer confío en el éxito del concierto, además ya en la temporada 1998/1999 Odón Alonso comenzó también con la misma obra, fue donde tuve la ocasión de escucharla por primera vez en directo.
La idea de componer esta tercera sinfonía se gesta en 1893 la concluye en 1896, en el verano de 1895 comenta a su amigo Friedrich Löhr que era lo más maduro y personal que había hecho hasta ese día y añadía que era su obra más rica y peculiar.
Sinfonía de gran envergadura, consta de seis movimientos, dos de los cuales requieren un coro de niños, uno de mujeres y una contralto, de una duración aproximada de 95 minutos.
Toda la obra gira alrededor de la Tierra y la Naturaleza, con textos de Nietzsche y del propio Mahler, descrita como un enorme fresco sinfónico pleno en colores que se complementan o se contraponen, según el estado de ánimo del compositor.
El 1º movimiento “El despertar de Pan. El verano hace su entrada” Movimiento de algo más de media hora, del que Mahler dijo "Esto es polifonía pura", trasladando el escenario a cualquier pueblo donde se están celebrando las fiestas populares, con las barracas de tiro, teatro de marionetas, columpios, tiovivos, una orquestina militar tocando música dicharachera, marchas y fanfarrias contrastan con sonidos suaves que evocan los campos. Curiosamente fue el último movimiento que compuso. Hay quien lo considera “Un himno gigantesco a la Creación”.
El 2º movimiento “Lo que me cuentan las flores del campo” Es un minueto con una instrumentación de música de cámara del que Mahler dijo “Es la pieza más despreocupada que he escrito, despreocupada como solo las flores pueden serlo. Todo revolotea en el aire con gracia y liviandad, como flores que se inclinan en sus tallos y son acariciados por el viento”.
El 3º movimiento “Lo que me cuentan los animales del bosque”. Parecido al anterior en su forma. Una “sinfonía natural” de los pájaros y demás animales del bosque a los que agrega los sonidos de una banda militar recuerdo de su infancia.
En el 4º movimiento “Lo que me cuenta el hombre (la noche)”. La contralto solista interviene en un recitativo libre cantando un texto de Friedrich Nietzsche, tomado de "Así habló Zaratustra" que dice así:

¡Oh, Hombre! ¡Presta atención!
¿Qué dice la profunda noche?
¡Yo dormía!
¡Me desperté de un sueño profundo!
¡El Mundo es profundo!
¡Y más profundo de lo que el día recuerda!
¡Oh, Hombre! ¡Presta atención!
¡Profundo es tu sufrimiento!
¡La alegría es más profunda que la pena!
El sufrir habla:¡Desaparece!
Pero toda alegría busca la eternidad,
¡Una eternidad profunda, profunda eternidad!

En el 5º movimiento “Lo que me cuentan las campanas de la mañana (los ángeles)”. A la voz de la contralto se suman el coro de mujeres y el de niños en un canto de alabanza, goces celestiales de una visión ingenua y realista del paraíso, texto sacado de un poema “El muchacho de la trompa mágica” incluido en la colección original de un ciclo de lieder basados en una recopilación de cantos populares alemanes “El cuerno mágico de la juventud” realizada por Clemens Brentano y Achim von Arnim que data de 1805-1808 que dice así:

Tres ángeles cantaban una dulce canción
Donde las notas alegres tocaban el cielo.
Se regocijaban cantando
Que Pedro fuera liberado de sus pecados.
Y mientras el Señor Jesús se sentaba en la mesa para tomar
La última cena con sus doce discípulos,
Dijo: "¿Qué haces tú ahí?
Cuando te miro, lloras."
"¿No hace falta, Dios de bondad?
(No hace falta llorar así!)
Transgredí los Diez Mandamientos.
Me voy llorando amargamente
(No hace falta llorar así!)
Ah! Ten piedad de mi!"
"¿Has roto los Diez Mandamientos?
Entonces arrodíllate y reza a Dios;
Sera amando al buen Dios toda tu vida
Que obtendrás la felicidad celestial."
La felicidad celestial es una ciudad bienaventurada;
La felicidad celestial no tiene fin
La felicidad celestial le será dada a Pedro
Por Jesus y a nosotros para nuestra alegría

El 6º movimiento “Lo que me cuenta el amor” Es como un gran Adagio, según Mahler dijo, la cúspide, el nivel más alto desde donde uno puede mirar al mundo y que se puede llamar “lo que Dios me dice” ya que solo Dios es amor y de esta forma mi obra es un poema musical ¡Comienza con la naturaleza inanimada y se eleva hasta el amor de Dios!. De su conmovedor movimiento final, dijo Leonard Bernstein que era la música más dolorosamente hermosa escrita por Mahler.